sábado, 23 de diciembre de 2006

Desencuentro


Decido buscarte en anaqueles de bibliotecas infinitas repletas de libros que sólo dan respuestas teóricas o descripciones científicas. No logro encontrar en esas líneas, trazadas con tinta ajena, un sentimiento propio y termino entonces por abrigarme entre estos renglones de los que me adueño.
Cierro mis ojos y te encuentro en una sonrisa, imagino que dibujo con mis dedos los bordes de tu boca, viendo cómo las grietas de tus labios se esconden, disipando dudas y preguntas acerca de tu constancia o permanencia. Dejo aquellos labios sonreír solos, me permito, al menos por un instante, contemplarlos en silencio hasta el momento en que aquella ilusión se esfuma, dejando que se vuelvan a formar aquellas grietas temerosas y oscuras.
Entreabro los ojos como esperando encontrarte. Un delgado haz de luz, que se confunde con el humo asfixiante, esboza una figura en la que te encarnás, una imagen que se diluye y se vuelve a construir dándome esperanzas para abrir los ojos. Pero mi miedo gana y volvés a desaparecer cuando la oscuridad absorbe la presencia física en la que puedas estar representado.
Y entonces retomo mis comienzos, como en un laberinto circular que nunca acaba, y recurro a descripciones teóricas, busco tus significados médicos y encuentro tu explicación psicológica. Me quedo sin respuestas, esperando que aparezcas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Por que será que buscamos métodos, formas, lenguajes y construimos ciencias; elaboramos teorías y tesis para explicar lo que sucede y lo que nos sucede, para dar cuenta de las "realidades". Y todo esto para terminar sintiendonos intranquilos con esas respuestas y preferir recurrir solo a los meros sentimientos incluso aunque jamás podamos explicarlos (pero es tan real sentirlos)